Fue el momento oportuno lo que hizo saltar las primeras alarmas. Con Donald Trump preocupado por perderse el Premio Nobel de la Paz, y poco antes de que Gianni Infantino , presidente de la FIFA, el organismo rector del fútbol mundial, se reuniera con el presidente estadounidense en Miami, se hizo un anuncio.
En un comunicado de prensa y una publicación en su cuenta personal de Instagram el mes pasado, Infantino dijo que la FIFA lanzaría su propio premio de la paz, que se otorgaría cada año a “personas que ayudan a unir a la gente en la paz a través de un compromiso inquebrantable y acciones especiales”.
¿Quién podría estar en carrera el 5 de diciembre cuando se anuncie el ganador en el brillante sorteo en Washington para la Copa Mundial del próximo año en Estados Unidos, Canadá y México?
Infantino ya había sido acusado de violar las reglas de neutralidad de la FIFA durante una aparición poco convencional junto a su “amigo” Trump en una cumbre de paz de Gaza en Sharm el-Sheikh, Egipto.
«Creo que todos deberíamos apoyar lo que está haciendo porque creo que tiene muy buena pinta», había dicho Infantino.
Trump e Infantino posan para una foto haciendo un gesto de aprobación con el pulgar hacia arriba.
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Trump e Infantino posan para una foto en la cumbre de líderes mundiales sobre el fin de la guerra de Gaza en Sharm el-Sheikh en octubre. Fotografía: Getty Images
La falta de información posterior sobre cómo se elegiría al ganador del premio inaugural no podía dejar de ser causa de mayor inquietud para aquellos preocupados de que esto pudiera ser simplemente una concesión a Trump.
Esas inquietudes podrían ahora agravarse. The Guardian ha sabido que el premio FIFA se considera internamente como una versión del premio presidencial de la UEFA, el organismo rector del fútbol europeo, lo que sugiere que la opinión de Infantino será decisiva.
También se entiende que a un nuevo comité de “responsabilidad social” dentro de la FIFA se le ha dado el papel central en el diseño del “proceso” a través del cual se elegirán los ganadores, pero no se reunirá antes de que se anuncie el destinatario de este año.
Los antecedentes del presidente del comité encargado de elaborar una propuesta sobre el proceso quizá no convenzan a todos de que dirá la verdad al poder.
Se trata de Zaw Zaw, el presidente de 59 años de la federación de fútbol de Myanmar durante las últimas dos décadas que, junto con su empresa, Max Myanmar, fue objeto de sanciones económicas de la UE y Estados Unidos en varios momentos entre 2009 y 2016.
El Departamento de Estado de Estados Unidos lo describió en un comunicado de prensa en 2009 como uno de los “compinches” de la brutal junta militar gobernante de Myanmar que reprimía la democracia y violaba los derechos humanos.
Zaw Zaw posa para una foto sosteniendo su premio, flanqueado por Infantino (derecha) y Khalifa.
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Zaw Zaw (centro) recibe un premio a la trayectoria de la Confederación Asiática de Fútbol de manos del jeque Salman bin Ebrahim al-Khalifa e Infantino en mayo de 2024. Fotografía: SOPA Images Limited/Alamy
Según cables diplomáticos estadounidenses de 2009 y filtrados en 2010, Zaw Zaw, nuevamente descrito como «uno de los compinches prometedores de Birmania», tenía intereses en gemas, cemento y plantas embotelladoras, entre otras cosas, además de ser presidente de la federación de fútbol de Myanmar y propietario de Delta United, uno de los equipos de fútbol profesional de lo que entonces era una nueva liga nacional de Myanmar.
“Los contactos confirman que Zaw Zaw contrató al nieto del general Than Shwe para jugar en el equipo”, continuaban los cables filtrados, en referencia al entonces dictador del país, que había sido acusado por Estados Unidos de supervisar graves abusos de los derechos humanos, incluyendo “ejecuciones extrajudiciales”, muertes bajo custodia, desapariciones, violaciones y torturas.
La federación de fútbol de Myanmar no respondió a una solicitud de comentarios. En una entrevista de 2013 con el South Morning China Post, Zaw Zaw afirmó que su único delito fue: «En este país pobre, me he enriquecido». Añadió: «Solo el gobierno tiene proyectos. Si no los hago con ellos, ¿con quién los haré?».
Nick McGeehan, codirector de FairSquare, un grupo de defensa de los derechos humanos que publicó un informe sobre la FIFA el año pasado, dijo que el anuncio personal de Infantino del premio de la paz, aparentemente sin la participación del consejo de la FIFA, el principal órgano de toma de decisiones, era bastante típico del hombre.