Rusia anunció el domingo que sus fuerzas habían avanzado con fuerza en la región suroriental ucraniana de Zaporizhzhia, tomando dos asentamientos como parte de una importante ofensiva destinada a tomar el control de toda la región de Zaporizhzhia.
Con un ejército más pequeño que el de Rusia, Ucrania ha estado lidiando con la forma de reforzar las defensas en la región de Donetsk mientras mantiene estable el resto del frente bajo el intenso ataque de artillería y drones de unidades rusas altamente móviles.
Desde que avanzaron hacia la región de Dnipropetrovsk a finales de junio, las fuerzas rusas han estado presionando allí y en la región vecina de Zaporizhzhia, donde sus fuerzas han avanzado a lo largo de un frente relativamente amplio al menos 30 km (19 millas) durante las últimas seis semanas, según mapas proucranianos.
El Ministerio de Defensa ruso afirmó que sus fuerzas habían tomado Mala Tokmachka y Rivnopillya, lo que ponía a las ciudades sureñas de Huliaipole y Orikhiv en peligro de convertirse en objetivo de maniobras de pinza rusas.
Ucrania no hizo comentarios de inmediato.
Los soldados y comandantes ucranianos afirman que no tienen suficientes tropas para mantener muchas posiciones defensivas, a pesar de los miles de drones que sobrevuelan el campo de batalla y que encarecen los avances de cualquiera de los bandos.
Rusia controla aproximadamente el 19% de Ucrania, lo que equivale a 115.476 kilómetros cuadrados, un aumento de tan solo un punto porcentual con respecto a hace dos años. Moscú aspira a controlar todo el Donbás, que incluye Donetsk y Luhansk, así como la totalidad de Jersón y Zaporiyia.
Rusia afirma controlar alrededor del 75% de la región de Zaporizhzhia, lo que significa que Ucrania aún conserva unos 7.000 kilómetros cuadrados allí, incluyendo la ciudad de Zaporizhzhia, que antes de la guerra tenía una población de más de 700.000 habitantes.