En México, miles de jóvenes de la Generación Z y simpatizantes de la oposición se han manifestado en las calles de la Ciudad de México, llegando incluso a tomar el Palacio de Gobierno. Exigen una lucha contundente contra la corrupción y los cárteles de la droga tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manso, quien fue abatido por un cártel durante el Día de Muertos. Para los manifestantes, este incidente simboliza la impunidad y los estrechos vínculos entre las autoridades y los grupos criminales.
Durante las manifestaciones, los jóvenes corearon consignas como «Sheinbaum es el presidente narcotraficante», expresando su ira y desconfianza hacia el gobierno actual. El asesinato del alcalde desencadenó las protestas, poniendo de relieve los persistentes problemas de seguridad y corrupción que aquejan a la sociedad mexicana.
Es probable que las protestas se intensifiquen, con un mayor escrutinio de las iniciativas gubernamentales para combatir los cárteles de la droga y la corrupción.
