‘Pensé que mi carrera había terminado; tenía ganas de golpear una pared’.

Ese fue el primer pensamiento de la tiradora inglesa Eleanor Cardwell cuando fracasó la cirugía para tratar una importante lesión de rodilla.

La jugadora de 31 años se estaba recuperando bien de haberse roto un menisco y haber sufrido un desprendimiento completo de la raíz del menisco lateral durante una serie de tres partidos contra Australia en octubre de 2024.

Pero su primer entrenamiento con contacto desde la operación de rodilla terminó con otro revés. Al saltar a por el balón, Cardwell volvió a sentir el cartílago.

«Enseguida lo supe. Pensé: ‘Ya está, se ha ido'», dijo.

«Después de la primera cirugía, mi cirujano me dijo: ‘Si lo vuelves a hacer, nunca más podrás jugar al netball porque no podremos solucionarlo'».

«Después de eso, entré en pánico, pensando lo peor, pensando: ‘Se acabó, voy a tener que retirarme del netball'».

Cardwell ha ganado cuatro títulos de la Superliga de Netball (NSL) con Manchester Thunder y un título de la Suncorp Super Netball (SSN) en Australia con Adelaide Thunderbirds, además de obtener una medalla de plata en la Copa del Mundo con Inglaterra.

Esa brillante carrera parecía destinada a llegar a un final prematuro, pero Cardwell no estaba dispuesto a retirarse sin luchar.

Siete meses después de ese momento tan bajo, ha regresado a la selección inglesa para enfrentarse a Nueva Zelanda en una serie de tres partidos que comienza el sábado.

‘La etapa más difícil de mi carrera en el netball hasta la fecha’
Cardwell cuenta con 71 internacionalidades con Inglaterra y ha sido una pieza clave en un equipo de las Rosas repleto de talento ofensivo desde su debut en 2022.

Tras haber disfrutado del éxito con Thunder y Thunderbirds, Cardwell se trasladó a la nueva franquicia Melbourne Mavericks en 2024 para jugar bajo las órdenes del ex seleccionador de Inglaterra, Tracey Neville, ayudándoles a alcanzar el quinto puesto en su temporada inaugural.

Fue durante un entrenamiento con algunas de sus compañeras del equipo australiano cuando Cardwell notó que su rodilla le dolía y que le costaba caminar después de las sesiones.

Las exploraciones mostraron un pequeño desgarro de menisco, una lesión común en el netball, pero se le aconsejó a Cardwell que siguiera jugando.

Pero cuando apenas pudo terminar el primer cuarto del primer partido de Inglaterra contra Australia, supo que algo andaba muy mal.

«Básicamente estaba jugando con una sola pierna», dijo.

«La rodilla se me bloqueaba constantemente, me dolía muchísimo. Pensaba: ‘¿Qué hago aquí? ¡Sáquenme de esta cancha!'»

Los exámenes posteriores revelaron un diagnóstico más grave, lo que conllevó una recuperación de seis meses, que transcurrió sin problemas hasta la primera sesión de entrenamiento.

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