El lunes, dos días antes de su partido en el Allianz Arena contra el Bayern de Múnich en la Liga de Campeones, el Arsenal anunció la devastadora noticia de que su defensa central Katie Reid había sufrido una lesión en el ligamento cruzado anterior.
La joven de 19 años, a quien la capitana Leah Williamson ayudó a levantar el trofeo de la Liga de Campeones frente a los aficionados durante la celebración del Arsenal en el Emirates Stadium en mayo, tuvo un ascenso meteórico al comienzo de la temporada, formando pareja con Steph Catley en lugar de la lesionada Williamson, y jugando muchos partidos por delante de la campeona del mundo Laia Codina y la doble campeona de Europa Lotte Wubben-Moy.
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“Siempre es horrible, sobre todo para ella”, dijo la entrenadora, Renée Slegers. “Empezó la temporada de maravilla. Con su edad, la madurez que ha demostrado, su integración en el grupo y su progreso diario, es muy decepcionante para ella. Es muy duro. Ha estado con nosotras estos últimos días y tiene programada una cirugía. A partir de ahí, seguirá adelante. Dijo que aprovechará este tiempo para crecer como futbolista, lo cual dice mucho de Katie”.
Reid es la tercera jugadora del Arsenal que se lesiona gravemente la rodilla esta temporada. La portera Manuela Zinsberger se rompió el ligamento cruzado anterior en un entrenamiento entre los primeros partidos de Champions League del Arsenal contra el Lyon y el Benfica el mes pasado, y el 30 de octubre se anunció que la delantera Michelle Agyemang, cedida al Brighton, había sufrido la misma grave lesión de rodilla, tras ser retirada en camilla durante la victoria de Inglaterra por 3-0 sobre Australia en Derby.
La prevalencia de lesiones de ligamento cruzado anterior (LCA) en el fútbol femenino no es nueva y dista mucho de ser un problema exclusivo del Arsenal. El Liverpool también tiene tres jugadoras lesionadas del LCA: Marie Höbinger y Sophie Román Haug, ambas con lesiones sufridas en octubre, se suman a la centrocampista de 18 años Zara Shaw, quien sufrió la misma lesión en abril. Chelsea (Kadeisha Buchanan y Brooke Aspin), Everton (Megan Finnigan y Aurora Galli), Manchester City (Mary Fowler y Mayzee Davies) y Tottenham (Ella Morris y Maite Oroz) tienen dos jugadoras lesionadas cada uno. El Brighton ha perdido a Agyemang, quien ha regresado a su club de origen, el Arsenal, para recibir tratamiento y rehabilitación, y tampoco cuenta con Manuela Vanegas. Jill Baijings, del Aston Villa, se unió a la lista de lesionadas del LCA a finales de septiembre.
Sería un error alarmarse de nuevo o hablar de una epidemia de lesiones de ligamento cruzado anterior (LCA) en el fútbol femenino. La realidad es que el fútbol femenino lleva mucho tiempo sufriendo problemas de LCA. El Bayern de Múnich, rival del Arsenal el miércoles, conoce bien lo devastadora que puede ser esta lesión. La centrocampista alemana Lena Oberdorf sufrió su segunda lesión de LCA el 20 de octubre, tras haber disputado tan solo ocho partidos después de recuperarse de su anterior lesión dos meses antes. La rotura de Oberdorf se produjo un mes después de que su compañera de equipo, Sarah Zadrazil, sufriera la misma lesión.
“El punto de partida es concienciar al máximo sobre cómo podemos prevenir estas lesiones, y creo que todos estamos de acuerdo con eso”, dijo Slegers, quien puso fin a su carrera como jugadora tras una lesión de ligamento cruzado anterior. “Sé que el club desempeña un papel destacado en estos procesos a mayor escala”.
“Es difícil porque es un pequeño momento y te deja fuera de juego entre nueve y doce meses, lo que afecta a la carrera del jugador. Necesitamos seguir investigando porque el juego está creciendo y cambiando muy rápido, y tenemos que adaptarnos a ese cambio.”
La portera Daphne van Domselaar declaró: “Obviamente, el calendario se vuelve más apretado, los clubes y las selecciones nos exigen cada vez más, y probablemente haya alguna manera de reducir el riesgo y espero por el bien de todos que podamos encontrarla”.