El conflicto que se desarrolla en Ucrania suele describirse como la «primera guerra con drones» del mundo. Ha dado lugar a un enorme y continuo crecimiento en la producción de drones militares, tanto dentro como fuera de Ucrania.
Antes de la invasión rusa de Ucrania, Kseniia Kalmus era florista. Era copropietaria de una floristería en Kiev y viajaba por Europa mostrando sus arreglos florales.
Ahora fabrica drones para usarlos contra los rusos.
«Para mí fue una decisión obvia», declara a la BBC desde la capital ucraniana. «Solo quería ayudar a mi país, a mi gente y a los militares».
La señora Kalmus cuenta que, tras el inicio de la guerra en febrero de 2022, recaudó fondos para comprar todo lo que los soldados ucranianos solicitaban, desde vehículos hasta medicinas y uniformes. Pero con el paso del tiempo, las peticiones desde el frente cambiaron.
«Me di cuenta de que todas las solicitudes eran para drones FPV [visión en primera persona]», recordó. «Así que empecé a recaudar fondos específicamente para eso, y luego decidí producirlos».
En la actualidad, ella y sus compañeros voluntarios fabrican cientos de drones al mes: pequeños cuadricópteros con estructuras de plástico en forma de X y una hélice en cada esquina, del tipo que se usa para tomar fotografías aéreas en una boda. Pero si se les acopla una pequeña bomba, se convierten en un arma letal.
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Drones de combate, drones de reparto, drones de vigilancia, drones submarinos: los drones se han convertido en un arma clave de guerra a nivel mundial, ya sean pequeños cuadricópteros operados manualmente o drones militares de alta tecnología que parecen pequeños aviones no tripulados y pueden viajar largas distancias y causar enormes daños al impactar.
Antes de 2022, en Ucrania solo existían unas pocas empresas que fabricaban drones. Ahora hay cientos. Kiev afirma que aproximadamente tres cuartas partes de las bajas rusas en el campo de batalla se deben, no a balas ni a artillería convencional, sino a drones.
«Esta ha sido la primera guerra con drones a gran escala», afirma Stacie Pettyjohn, directora del programa de defensa del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense en Washington y autora de varios informes sobre la guerra con drones.
«En Ucrania hay muchísimos pequeños negocios familiares donde la gente fabrica drones, los ensambla en sus apartamentos o garajes y los dona a las fuerzas armadas. Se han convertido en el arma predilecta de los ucranianos.»
Y no solo los ucranianos. Los drones se utilizan cada vez más en conflictos desde Oriente Medio hasta Myanmar y Sudán.
«Se ve a estados europeos hablando de construir barreras antidrones y a otros países tratando de adquirir drones porque les proporcionan una forma barata de poder aéreo», dice Pettyjohn.