Skims, la marca de fajas cofundada por la celebridad y empresaria Kim Kardashian, afirma que ahora está valorada en 5.000 millones de dólares (2.930 millones de libras esterlinas) tras recaudar 225 millones de dólares en nueva financiación.
La empresa afirma que planea utilizar el dinero de los inversores, incluida una filial del gigante bancario de Wall Street Goldman Sachs, para abrir más tiendas y expandirse por todo el mundo.
«Estamos deseando llevar Skims al siguiente nivel a medida que continuamos innovando y estableciendo el estándar para nuestra industria», dijo Kardashian el miércoles.
Esta ronda de financiación es una de las mayores del año para una marca de consumo estadounidense y se produce en un momento en que Skims se enfrenta a una feroz competencia de rivales como Lululemon.
Skims, que gestiona 18 tiendas en EE. UU. y vende sus productos a través de minoristas en todo el mundo, se centrará «predominantemente» en su negocio minorista físico durante los próximos años, según indicó en un comunicado .
La compañía espera que sus ventas superen los mil millones de dólares este año, lo que, según el director ejecutivo de Skims, Jens Grede, da a la empresa la confianza necesaria para perseguir sus objetivos a largo plazo.
La marca debutó en 2019 con una línea de fajas y desde entonces ha ampliado su gama para incluir ropa de estar por casa y otras categorías de moda.
Getty Images Tres maniquíes exhiben la ropa moldeadora de Skims detrás de un escaparate en una tienda efímera en Nueva YorkImágenes Getty
Skims se centrará «predominantemente» en su negocio minorista físico.
El crecimiento de la compañía la ha adentrado aún más en el mercado principal de deportes y ropa deportiva informal, que está dominado en gran medida por marcas como Lululemon y Alo Yoga.
Skims también ha reunido a un gran grupo de influencers, incluidas las Kardashian y otras celebridades como Megan Fox y Paris Hilton, para aumentar su atractivo.
Desde su lanzamiento, la empresa se ha enfrentado a algunas controversias. Su nombre inicial, Kimono Intimates, fue criticado por ignorar el significado de la vestimenta tradicional japonesa, lo que llevó a la empresa a buscar otro nombre: Skims .
Un producto de Skims —una bandana para la cabeza que se usa al dormir— dividió a internet. Algunos la aclamaron como el futuro del modelado facial no invasivo, pero otros la condenaron como distópica y afirmaron que la empresa estaba generando mayor inseguridad en las mujeres.