Tammy Russell visita una colonia de pingüinos papúa para recolectar muestras de guano. Foto: Trevor Joyce
Russell describió visitar la Antártida como la mejor experiencia de su vida, calificándola de increíble y abrumadora.
“Fue tal la aventura que llegué en botes y aviones, entonces la adrenalina se iba. Soy muy emocional, así que pensé que estaba loca, pero no lo estaba, hasta que llamé a mi esposo por teléfono satelital y ni siquiera podía hablar. Solo lloré. “Los pingüinos gritaban a mi alrededor y él solo se reía porque estaba muy feliz por mí”, dijo Russell. “Fue realmente genial, pero no fue hasta ese momento que me di cuenta, ‘No puedo creer que esto sea real’. Lo hice.'”
En el campo, observó numerosos pingüinos de tres especies diferentes que se alimentan de krill: pingüinos Adelia, barbijo y papúa, así como pingüinos rey y macaroni, que no suelen verse en esta área. Además de los pingüinos, los cielos estaban llenos de somormujos gigantes del sur, el ave favorita de Russell.
Russell agradeció el tiempo que tuvo para observar a los pingüinos en su hábitat natural. Desde las dos grandes ventanas de la cocina en la estación de campo de Copacabana, él y sus dos colegas tenían una vista directa del mar y de los numerosos pingüinos de la zona, que a menudo divertían a los investigadores con sus complejas interacciones entre ellos.
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