Candidato de centroderecha Rodrigo Chaves gana elecciones presidenciales en Costa Rica: Despacho Popular
Rodrigo Chaves, del Partido Socialdemócrata Progresista de centro-derecha, se convierte en el 49° presidente de Costa Rica. Foto: Prensa Latina
Rodrigo Chaves, del recién formado Partido Socialdemócrata Progresista de centro-derecha, ganó la segunda vuelta presidencial de Costa Rica el 3 de abril y se convirtió en el presidente número 49 del país centroamericano. Según los resultados publicados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE). 98,15% de los votos procesados, el economista Chaves recogió el 52,85% de los votos. En tanto, su rival y expresidente José María Figueres (1994-1998), del Partido Liberación Nacional (PLN), de centroizquierda, obtuvo el 47,15 por ciento de los votos.
Después de que se anunciaran los resultados, Chaves se dirigió a una multitud de simpatizantes en la capital, San José, celebrando su victoria e instando a sus oponentes a trabajar juntos por el país. “Es con la más profunda humildad que acepto esta sagrada decisión del pueblo de Costa Rica. Este resultado no es una medalla ni un trofeo para mí, sino una gran responsabilidad, llena de desafíos y dificultades que todos tendremos que superar, dijo Chaves. “Agradezco a José María Figueres y a toda la gente que votó por él y le pido humildemente a él y a su partido que trabajemos juntos para hacer posible lo que el propio don José Figueres Ferrer (padre de Figueres y tres veces expresidente) llamó. El milagro de Costa Rica”, agregó.
Por su parte, José María Figueres, que fue el ganador de la primera rondaReconoció los resultados, admitió la derrota y agradeció el apoyo de sus seguidores y el trabajo del TSE. “Costa Rica ha votado y el pueblo ha hablado. Porque somos demócratas siempre vamos a respetar esta decisión. Felicito a Rodrigo Chaves y le deseo lo mejor”, dijo Figurs y agregó que “Costa Rica está en una profunda crisis”. y prometió ayudar “en el rescate del país y seguir adelante quitando las diferencias”.
También fue felicitado por el presidente saliente del Partido Acción Cívica, de centroizquierda, Carlos Alvarado, durante cuya presidencia Chaves se desempeñó brevemente como ministro de Hacienda. Alvarado dijo que había llamado al presidente electo “para expresarle mis felicitaciones, que se lleve a cabo una transición ordenada y expresarle mis mejores deseos para las tareas que enfrenta como presidente”.
Desafíos del nuevo gobierno
La nueva junta inicia su mandato el 1 de mayo para el período 2022-2026. Su reto es reactivar la maltrecha economía del país. El 23 por ciento de la población de Costa Rica vive en la pobreza y el desempleo sube al 14 por ciento. El país tiene un préstamo de 1.780 millones de dólares del FMI y se ha visto envuelto en varios escándalos de corrupción en las últimas décadas.
Mientras tanto, el presidente electo enfrenta el desafío de gobernar con solo 10 legisladores de los 57 miembros del parlamento unicameral. Tendrá que negociar con otros cinco partidos representados en la nueva asamblea legislativa, especialmente el PLN, que es el grupo más numeroso con 19 diputados.
Chaves, de 60 años, es un economista que trabajó en el Banco Mundial durante casi 30 años y se desempeñó como ministro de finanzas del presidente saliente Alvarado durante seis meses, lo que le valió una reputación antisistema. Culpa a los gobiernos anteriores de los partidos tradicionales de la crisis que vive el país.
Ha prometido crear puestos de trabajo y luchar contra la pobreza. Ha prometido aumentar las inversiones en energía verde, reorganizar el presupuesto de los servicios públicos e introducir una pensión mínima universal. Ha afirmado que quiere hacer de Costa Rica un destino turístico internacional nuevamente para financiar sus programas. Ha prometido sacudir a la élite política y usar referéndums para evitar que el Congreso haga los cambios necesarios. También ha propuesto implementar órdenes ejecutivas para devaluar bienes y servicios básicos.
Alta abstinencia
La elección estuvo marcada por una gran abstención. Según el TSE, el 43,23% de los electores habilitados se abstuvo de votar, más que en la primera vuelta del 6 de febrero, cuando fue un récord de 40,29%. Parece que el escandaloso pasado de ambos candidatos desanimó aún más a los costarricenses a participar en las elecciones.
Chávez fue investigado por denuncias de acoso sexual presentadas por varias compañeras mientras era un alto funcionario del Banco Mundial, que había desestimado como bromas “malinterpretadas debido a diferencias culturales”. En 2019, fue degradado, aunque no despedido, de su puesto de liderazgo en el Banco Mundial porque sintió que su comportamiento no era una broma. Mientras tanto, Figueres, un empresario, fue investigado por corrupción, presuntamente tomando $900,000 de la empresa de telecomunicaciones francesa Alcatel e influenciando a funcionarios del gobierno para asegurar contratos con Alcatel. En 2004, tuvo que renunciar a su cargo como titular del Foro Económico Mundial en medio de acusaciones.
Sin embargo, entre los dos candidatos escandalizados, los votantes parecían más enfocados en la economía y apelaron a que Alvarado sucediera al economista que le debía al país un préstamo del FMI, implementó varias medidas económicas neoliberales y presidió la crisis económica masiva del país.
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